El Parto
El parto natural, considerado el parto normal, es aquel que se produce a través de la vagina sin intervención de la epidural y en rigor debiera ser atendido por una Matrona ya que constituye un acto derivado de la fisiología o normalidad reproductiva de la mujer y es así como ocurre en el caso de más del 90% de los partos institucionalizados dentro del sistema público, hecho que además constituye un gran desafío ético y profesional frente a temas como la violencia obstétrica.
Esta etapa supone el final del embarazo y ocurre, normalmente, entre la semana 37 y la 40 de gestación. Es importante insistir en que, aunque la definición de parto natural solo debería hacer referencia al nacimiento sin el uso de fármacos, debido al aumento de los partos por cesárea, ha empezado a denominarse parto naturalal parto vaginal de forma generalizada, ya sea con o sin anestesia. Por ello, generalmente se usan como sinónimos. A continuación describiremos el parto vaginal, sus ventajas frente a la cesárea y también sobre los posibles riesgos.
Tipos de parto vaginal: con o sin epidural
Como hemos comentado en la introducción, el parto vaginal puede:
Realizarse bajo anestesia, generalmente, la epidural.
Llevarse a cabo sin intervención de fármacos, es decir, totalmente natural.
En éste último tipo de parto no se recurre a la tecnología médica. Se trata de parir de una forma 100% natural, utilizando únicamente técnicas de relajación y visualización para no sentir dolor o, al menos, reducirlo en la medida de lo posible. En algunos embarazos de riesgo la madre se decide por el parto natural para no dañar al bebé con los medicamentos. Por otra parte, también hay partos complicados en los que es necesario que la madre empuje con fuerza. En estos casos, se requerirá la epidural, pues el dolor puede reducir la energía de la madre.
Sea de la forma que sea, es común hablar de parto natural, parto vaginal y parto normal como lo mismo, explicando a continuación si se ha utilizado o no medicación para aliviar el dolor.
Aunque lo habitual es indicar a nuestra Matrona si deseamos o no administración de la anestesia, es posible solicitar la epidural en cualquier momento ya que se encuentra dentro de las Garantías AUGE y constituye una alternativa gratuita durante la atención del parto normal. Por ejemplo, en los casos en que la mujer decide llevar a cabo el parto de forma totalmente natural pero, durante el proceso, el dolor le resulta insoportable y decide mitigarlo. Por otro lado, también podemos hablar de parto natural asistido si utilizados algún instrumento para ayudar a la salida del feto como en el Parto Vaginal con Fórceps (técnica que debe ser asistida obligatoriamente por un Médico).
El parto paso a paso
Los pasos principales del parto vaginal son los siguientes:
Dilatación: Una vez ya ha se ha iniciado el momento del parto con la expulsión del tapón mucoso y la rotura de aguas, la mujer empieza a dilatar: la vagina se ensancha para facilitar el paso del bebé.
Las contracciones: Ayudan a borrar el cuello del útero para que se produzca la dilatación. Cuando se llega a los 10 cm, la dilatación es completa.
Empuje: La siguiente etapa del parto es la de empujar, también conocida como trabajo del parto. La embarazada debe hacer esfuerzos muy fuertes de expulsión. Las contracciones y el propio impulso del bebé ayudan a que salga la cabeza. Las fontanelas, parte superior de la cabeza del bebé, permiten que la cabeza se deforme para pasar por el estrecho canal uterino.
Nacimiento: Cuando la cabeza está fuera, la Matrona rápidamente absorbe restos de sangre, líquido amniótico de la nariz y boca para que no se lo trague al respirar. En posteriores empujones, saldrán los hombros y el resto del cuerpo. Ya ha nacido el bebé.
Las contracciones prosiguen una vez el niño ha nacido para expulsar la placenta, lo que se conoce también como la expulsión de secundinas. Esto no causa prácticamente dolor comparado con el paso del bebé.
Ventajas y desventajas
Aplicar o no la anestesia para tener un parto más o menos natural es una decisión que ha de tomar la futura madre. Hay quienes prefieren no mitigar el dolor con fármacos para vivir el nacimiento de su bebé de forma más intensa y totalmente natural. Por otra parte, existe otro grupo de mujeres que solicitan la anestesia epidural para reducir al máximo el dolor de las contracciones uterinas necesarias para que se produzca el parto vaginal. En cualquiera de los dos casos (con o sin epidural), la mujer debe hacer fuerza para favorecer la salida del bebé.
Ventajas: De forma general, podemos decir que una de las principales ventajas del parto vaginal es que, al no utilizarse técnicas invasivas como las propias de la cesárea, existen menos riesgos para la salud de la madre y del bebé. Además, la recuperación tras el nacimiento es más rápida y cómoda para la madre en comparación con las mujeres que han dado a luz por cesárea. Por otra parte, el parto vaginal no deja cicatrices en el abdomen (en la cesárea se hace un corte en el abdomen que luego se cierra con puntos o grapas), aunque es común que, a nivel vaginal, se requieran puntos de sutura debido al posible desgarro producido por la salida del bebé. En relación al parto sin epidural, muchas mujeres lo consideran ‘más real’. Este tipo de parto interpreta el nacimiento como una etapa de la vida preciosa y de la que se debe sentir completamente cada instante. Una vez ha finalizado el parto, la mujer se siente muy realizada y, a pesar del dolor sufrido, la mayoría de mujeres insisten en que repetirían la experiencia. Al no administrar medicamentos por vía intravenosa, hay más libertad de movimiento para buscar la postura más adecuada y la posterior recuperación es más rápida.
Desventajas: Por lo que respecta a las desventajas, podemos decir que el principal inconveniente de elegir el parto totalmente natural es soportar el dolor. Generalmente, las técnicas de relajación y respiración no consiguen eliminar el dolor por completo, mientras que con la anestesia epidural, la mujer no siente nada en la mitad inferior de su organismo. Por tanto, las molestias y dolor de las contracciones no se padecen. Otra desventaja es que, debido al dolor, es posible que la mujer quede exhausta y le cueste más empujar. Por ello, ante partos complicados puede haber ciertos problemas.
Prepararse para el parto natural
Para prepararse ante un parto natural se recomienda que la mujer conozca una serie de técnicas que le ayuden a disminuir el dolor, algunas de las cuales se deben realizar en el mismo momento del parto. Las más utilizadas son:
El hipnoparto, que consiste en intentar alcanzar un estado de hipnosis durante el parto.
Utilizar imágenes visuales para relajarse y disminuir los nervios. Una de las más útiles es pensar en la carita de tu bebé.
Mirar a los ojos a tu pareja dándole la mano.
Dar largos paseos días antes del parto. Caminar puede ayudar a que el parto se produzca de forma más fácil.
Hacer yoga, pues las posturas y respiraciones de esta técnica pueden ser muy útiles en el momento del parto.
Uso de balones y ejercicios de piso para favorecer la relajación del piso pélvico.
Uso de la natación.
Tanto si el parto es con o sin epidural, se recomienda haber asistido a clases de preparación al parto para conocer las condiciones de esta etapa final del embarazo y saber a qué nos enfrentamos, tanto emocional como físicamente.
Parto natural en casa
Parir en casa es algo que consideran muchas mujeres para vivir el nacimiento de su hijo de una forma más íntima, natural y personal. Sin embargo, es fundamental insistir en los posibles riesgos.
Lógicamente, si el parto en casa es llevado a cabo por profesionales sanitarios especializados, los riesgos son menores que si es la propia mujer la que da a luz sola. No obstante, generalmente se recomienda que el parto ocurra en un hospital, pues, a pesar de contar con un equipo médico en casa, puede haber complicaciones que requieran atención especializada. En ese caso, la atención requerida será más rápida y eficaz en el hospital que en casa. De cualquier modo, en este sentido, existe controversia:
Hay defensores del parto en casa que insisten en que la reducción del estrés y la tranquilidad de la madre por estar en un ambiente cómodo beneficia y hace más fácil el parto.
En la otra cara de la moneda, encontramos a los que insisten en la necesidad de la atención hospitalaria. Éstos defienden el ambiente limpio y seguro de un hospital, con los utensilios y profesionales necesarios a la mano. Además, ante posibles complicaciones, estar en un hospital permite actuar con rapidez, eficacia y especificidad.
Algunos estudios indican que el parto en casa da lugar a un mayor porcentaje de muertes al nacer así como mayor probabilidad de que surjan imprevistos y complicaciones. No obstante, parir en casa genera más satisfacción personal y la recuperación es más cómoda y fácil.